La última vez que nos reunimos nos visitó Paula Tena de la organización AIPC Pandora.Organización sin ánimo de lucro que tiene como misión promover el ejercicio de una ciudadanía activa y comprometida con el desarrollo de una cultura de la solidaridad, la convivencia y la paz.
Pudimos conocer, desde su punto de vista personal y desde el punto de vista de la organización, como vivir una experiencia de voluntariado internacional positiva para todos: los beneficiarios, la organización y el propio voluntario.
Está claro que muchas veces hay experiencias negativas que están fuera de las expectativas como la imposibilidad de adaptarse al lugar, a las costumbres locales, a la comida, al clima, etc., o tener de forma inconsciente actitudes que pueden ofender la cultura local. Pero la mayoría de las veces, siempre dentro de una buena planificación y organización, el voluntariado internacional resulta ser una experiencia tan intensa que transforma la vida de las personas, incluso cuando el programa de voluntariado es de corta duración.
La primera pregunta que surge es sobre el voluntariado de corta duración, ¿qué se puede hacer en 21 días? A primera vista parece muy difícil acercarse a la realidad en tan poco tiempo. Paula nos explicó que para que sea productivo y beneficioso para todos se intenta identificar una necesidad que pueda solventarse en 21 días y de esa manera no se deja un proyecto sin terminar. Además, a partir las propias experiencias de los voluntarios se detectan otras necesidades que se toman en cuenta para futuros proyectos.
Foto de Paula Tena
Y el voluntario ¿siempre sabe a qué va? ¿está preparado? ¿Qué pasa con sus expectativas de querer cambiar el mundo en apenas unos días? Es importante que el voluntario reciba preparación antes de viajar y sobre que todo que esté abierto a los cambios, a conocer nuevas culturas y a poder generar intercambio cultural con la gente local. Además, algo a tener muy en cuenta es el perfil del voluntario dependiendo del ámbito en el cual desarrollará su actividad. No es igual trabajar con el empoderamiento de adultos que tratar con menores o madres adolescentes, por ejemplo.
Otra pregunta que surgió es si la gente local sabe identificar la figura del voluntario. La respuesta fue clara, los locales sí saben de qué se trata el voluntariado internacional porque muchos están acostumbrados a convivir con ellos. Muchas veces es inevitable que se generen expectativas no realistas por parte de los beneficiarios locales.
Puede que el voluntariado de corta duración tenga contrapartidas como por ejemplo no poder finalizar el proyecto en el tiempo pensado, volver con sensación de frustración de no haber podido cambiar la realidad en tan poquito tiempo o tener que marcharse cuando empiezas a acercarte y a conectar con la gente local.
A pesar de todo esto, la conclusión es que el voluntariado internacional organizado y programado de forma correcta, es una experiencia muy positiva que no sólo permite aportar un grano de arena allí donde se desarrolla el proyecto sino que también se generan en la persona del voluntario una serie de valores que repercuten en sí misma y en su propio círculo.
La experiencia de la persona voluntaria
Agradecemos a Paula Tena y a AIPC Pandora por haber participado y haber compartido estas experiencias con nosotros….y a los demás os animamos a ser voluntarios y a vivir esta experiencia increíble y transformadora!
Hasta la próxima!
Verónica Cheble
INSÓL!TAS 